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jueves, 19 de septiembre de 2013

Mr Gwyn

Digo siempre que no soy una buena lectora de novelas. Algunos que me conocen ya lo saben, y es verdad. La poesía o el ensayo forman parte de mis lecturas favoritas. Y la biografía. Cotilla que es una.
Como presentación, igual es cursi, lo asumo, pero admítanme ustedes el beneficio de la verdad. O sea, que no les miento. Las novelas son mares. Con sus aguas, su temperatura, sus bichos locales y su ritmo de oleaje y una no se mete en cualquier parte. Algunas veces me pasa que meto los pies, y reconozco que con esa primera sensación decido el resto de la zambullida.

Muchas veces es una huida. Salgo corriendo de lo fría que está el agua, admito que la temperatura influye en mi vida sin mesura. Tampoco me gustan las playas muy transitadas, ni muy publicitadas, conocidas por elementos ajenos a la propia playa.

Pero hay mares que me encantan, y como da mucha pena salirse de ahí, me remojo tres o cuatro veces más aunque me haya bañado hasta el final. Y en estas ocasiones suelo navegar por mares cercanos a ese mar primero. Y algunos tienen el oleaje parecido, pero tienen más piedras en su arena. Otras veces me encuentro con mares hermanos y comprendo que hay lugares cuya naturaleza es creadora y aunque cambien, siempre serán especiales. También comprendo que crear tiene mucho que ver con la escucha y que el sonido de la ola de la vida sólo desemboca en algunos lienzos, en algunas partituras, en algunas páginas. En algunas, a veces, en lagunas otras.

Este verano me he bañado con Mr Gwyn. Tantos años visitando playas y resulta que me había perdido una de las mejores. Fue un baño María :)) Que conste que la coincidencia es pura ídem, y que yo me refiero a la naturaleza y al efecto de dicho baño. A la lentitud efectiva del agua que coge calor y transforma aquello a lo que envuelve.

Mr Gwyn es un personaje en continuo cambio, consciente de sí mismo como pocos, que evoluciona gracias a la sofisticación de su pensamiento y desemboca en una creatividad refinada con bombillas.
Báñense en su playa si no lo han hecho ya. Prepárense para leer con mayúsculas, y para disfrutar de una destilación del lenguaje cercana a la poesía, cercana al pensamiento y al conocimiento de la vida que tiene Baricco.




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